Con un buen madrugón, un grupo se dirige a la montaña que, a pesar de la poca nieve y las malas predicciones metereológicas, van a practicar unas técnicas de supervivencia.
Disfrutando del refugio de Lizara y sus viandas recuperan energías para otra caminata el domingo.
Cascos, arneses, crampones y piolets fueron el equipo perfecto para este fin de semana.
Os dejamos unas imágenes de lo que vivieron.
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